Cúmulo de desgracias

Señoritas y blogueras, sé que no está en mi naturaleza actualizar, pero la ocasión lo merece. Hoy, las desgracias al completo, se han reunido de nuevo. Y claro, como consecuencia, catástrofe.

La muy inocente Pinda ha venido a visitarnos a nuestro territorio y la pobre no sabía la que se le venía encima. Ella nos conoció en Barcelona, donde somos afortunadas y despreocupadas y felices... no aquí, que somos lo que somos, unas gafes.

Consecuencia de todo esto: Pinda ha acabado perdiendo el tren. ¿Por qué? Por un cúmulo de desgracias (a saber: Coquí, La Desgraciá y Ox). De ahí nada bueno puede salir. Así que he acogido a Pinda en mi casa para resarcirnos. Pinda, di algo:

¿algodón que es más largo?
no, venga, va, q luego ox dirá q soy una rancia (y con razón...).
Nah, q creo que me he ganado a pulso como mínimo una categoría de invitada dentro del grupo de las desgraciás, pq anda q... que sufrimiento ahí en el cercanías, que sufrimiento corriendo a todo correr por Chamartín, que sufrimiento diciendole al tio que por favor por favor esperara q iba a la consigna en un segundito, y que sufrimiento (sniff) al ver el tren a mitad de andén yéndose delante mismito de mis narices... ay... ¡¡¡¡¡¡¡¡¡aaaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyyyy!!!!!!!!!!!!!

Somos unas anfitrionas pésimas... Ays...

En fin, que mañana os cuento si Pinda ronca (o si tiene suaves las tetas)

P.D: por cierto, que empiezo a sospechar que todo esto no es más que una burda estratagema cercana al secuestro... ay, no sé, xD, de momento me voy a aprovechar a mi manera (es decir, voy a desgastarle la Nintendo DS a Ox...)