Tercera Candidatura a: Concurso Miss Primavera Desgraciada 2008

Después de leer esta candidatura, creo que he de pedir matrimonio a la autora. Firma como Shakira, y debe querer quitarle el puesto oficial a la desgra, convertida más bien en la niña del exorcista después de un puente entero que andamos currando. Os dejo con la historia, que yo he de ir a comprarme una tiara y empezar a ver trajes de novia.


Queridas desgraciás, permitid que me presente.

Soy esa típica persona que, a simple vista, no consideraríais una desgraciá en el sentido más estricto de la palabra, porque así, a bote pronto, no me ha sucedido ninguna desgracia superlativa, pero vista más de cerca sí soy una desgraciá en potencia.
Porque una desgraciá no es sólo aquélla a la que le pasan desgracias, sino también aquélla que siempre toma las decisiones equivocadas.
Y en eso, en equivocarse y meter la pata, yo soy una experta.

Porque no sólo hablo de equivocarse de salida en una carretera y perderte la boda de tu mejor amiga; o ir con tu prima en el coche camino del pueblo por una carreterucha sin iluminación a las 3 de la mañana y que haya un desvío, no fijarse en las indicaciones y al tener que decidir izquierda o derecha, errar en tu decisión y acabar en un barranco porque, por ese lado, la carretera todavía no estaba hecha; o aprobar una asignatura de libre elección, que te faltaba para acabar la carrera, a la que llamaremos MJP y resultar que te habías matriculado de otra llamada MJA; o... podría seguir, pero creo que os podéis hacer una idea...

Pero no, como supongo que ya os imagináis, hablaré del amor y de mi complejo Camilo Sexto, porque sí, siempre me voy a enamorar de quien de mí no se enamora (y es por eso que mi alma llora).
Porque yo cuando me enamoro soy muy bruta. No sé jugar, qué le vamos a hacer y al contrario que a Conchita a la que nunca se le dió demasiado bien poner las cartas sobre la mesa, mi problema es que mis cartas las enseño antes de que hayan terminado de repartir esa mano y así, claro está, pierdo todo el misterio.
Además, me vuelvo ciega y no sólo soy incapaz de ver que no conseguiré a mi amada, sino que dejo de ver otras posibles oportunidades amorosas.
Y la otra noche, ya me quedé sordomuda, porque después de meses intentando seducir sin éxito a una chica, cuando por fin, me decido a pasar página y darme una oportunidad con un pseudo-ligue, me cuenta en plan confesión "qué guay que somos amigas" que hacía unos días empezó con una chica... una chica que conoció en un bar al que yo insistí que viniese a verme y del que me tuve que ir porque una amiga se había cogido una borrachera tremenda... vamos que sólo me faltó presentarlas... ay calla, que lo hice!!!

Total que después de repasar mi vida (no)amorosa, me han dado ganas de volver a ser heterosexual, pero claro, he recordado que ya no puedo hacerlo, porque tras un montón de años de mentiras a medias y excusas varias, recientemente decidí salir del armario con mi madre después de que una chica, veladamente, me acusara de acoso en el trabajo (una desgracia como otra cualquiera).

Y a veces me pregunto qué me pasa a mí con las mujeres, pero la pregunta fundamental sería qué les pasa a las mujeres conmigo...

Gracias por darme la oportunidad de expresarme.
Atentamente vuestra,

Shakira

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